lunes, febrero 05, 2007

Primera parte de mis conclusiones sobre ciertos aspectos de mi vida, en los que he pensado en este tiempo de ocio

HOJA DEBIDA

Cuando los académicos razonan fuera del recipiente

Ahora que soy un músico profesional, con un piche pregrado de una universidad tercermundista, y tengo una hoja de vida archivada (en el mejor de los casos) en distintas instituciones relacionadas con la enseñanza de la música en Bogotá, me doy cuenta que no le intereso a nadie como músico.

Toco piano. Mi formación fue clásica y me mamé varios estudios de toda clase y todo nivel, desde Hannon hasta Chopin, para lograr entrar a la élite de los que mueven los dedos a grandes velocidades y miran al techo de los auditorios en los momentos de mayor alcance místico. Pero nunca fui invitado a su fiesta de virtuosismo y perfección técnica. Tuve que contentarme con el placer que me da tocar sonaticas de Haydn (despreciadas por el público pianístico), cualquier cosa de Bach (que no acepta mediocridad), y últimamente Mompou, a quien creo entender y tocar sin sentir complejos.

Abandoné la composición en la academia, por arrogante más que otra cosa, pues sentía que nadie podía enseñarme nada, y que los modelos de enseñanza eran anacrónicos y descontextualizados, que de ellos no podría sacar otra cosa que frustración y un posible suicidio. Por eso huí a Europa, donde el panorama no era distinto, los compositores también viven de dar clases de teoría y sus composiciones no las conoce nadie.

Entonces me decidí por ser pianista. Luché con viejas mañas aprendidas de dudosos profesores que por ser rusos o polacos o búlgaros, suelen acampar de por vida en países con poca cultura musical, explotando los bolsillos de personajes arribistas o engañando a la academia con falsos títulos. Aprendí a ser paciente, y sólo toqué estudios y ejercicios por seis meses. Más tarde monté obras no muy difíciles, y toqué por primera vez ante un público totalmente desconocido. Recuerdo que en un concierto dedicado a la variación, donde yo intervine con mi versión de las variaciones en fa menor de Haydn, una señora acompañó con el sonido de sus pulseras las variaciones Goldberg, tocadas por otro alumno de mi maestro, perfectamente acoplada al ritmo. Por eso me atrevo a decir que además de desconocido, era un público conocedor. También participé en otro par de conciertos, y aunque en ninguno conocí la perfección, tuve buenos comentarios de gente que como les digo, nunca había visto.

Pero mi estadía en Europa fue corta, y huí de nuevo, pues el fantasma del fracaso y el suicidio no se había desvanecido.

De nuevo en Bogotá, con muchas preguntas de quienes me conocían, y pocas explicaciones mías, empecé a estudiar piano en la nacho, porque mi paso por Los Andes ayudó a ratificar mi posición social: no me interesaba más hacer parte de ese templo a la vanidad intelectual de la clase alta colombiana, convertida en un excelente lugar para las relaciones públicas. La gente como yo que estudia en un lugar así, lo hace para lograr amistades influyentes, que sin tener que pasar hojas de vida, terminen por situarlos a punta de elogios infundados, en un cargo de alguna dependencia del ministerio de cultura. No era mi caso, yo quería en serio ser compositor, pero en ese lugar no lo hubiera logrado, aunque de pronto el puesto en el ministerio sí.

9 comentarios:

KMO dijo...

PELMAZO!

Mejor entrar a mincultura que perder el tiempo como compositor, además yo le hubiera lagarteado un trabajito en la dirección de cinematografía. Pero bueno, me tocará seguir explotando sus habilidades creativas.

CV: Pronto, muy pronto llegara la copia, que pena la demora.

Anónimo dijo...

Debería estar acostumbrado pero todavía leo con susto los demoledores recuentos de su vida académica, no vaya a ser que su descarnada franqueza termine por alcanzarme...(risa nerviosa)

Anónimo dijo...

Felicitaciones a Irving... desde ayer PIANISTA GRADUADO y con zapatos.

Anónimo dijo...

¿Por que componer y para quien?

creo que eso podria resolver no si vale la pena el riesgo (eso lo decide el cuerpo), sino la forma misma en que se comienza a trabajar para lograrlo.

¿que es componer y quien lo necesita? ¿quien lo hace y porque puede hacerlo él y no otro?

Las cosas generalmente dejan de ser riesgosas cuando se sabe a quien se le quieren entregar, poruqe dejan de ser inciertas.

Tu diras que tan fuera de sitio estan mis preguntas (que son muy mias, que tiene mucho que ver con mi carrera y como la entiendo y tal vez nada que ver con tu carrera y como la entiendes)

Por eso todo este comentario es más una pregunta que una afirmación y lo que dejo aca es más una espera que un punto aparte.

Anónimo dijo...

"Longtemps, je me suis couché de bonne heure... je voulais poser le volume que je croyais avoir dans les mains et souffler ma lumière."

Irving dijo...

A los comentaristas y en especial a traveler y deram records (por intrigantes más que otra cosa), cuyos seudónimos no han podido decirme mucho sobre sus identidades:

Gracias por comentar

Anónimo dijo...

oye si que es deram records? jeje otra vez me siento como cuando colocabamos los stickers de juan valdez, todavia te quedan? deberiamos ir de nuevo ggg
por que nunca nos detuvieron?

Anónimo dijo...

No te animas a contestar mi pregunta?

todo va a que cuando comencé a pensar en las personas a las que queria regalarles loq ue había estudiado, se me aclararon muchas cosas, de por donde empezar a poner en practica lo que había trabajado durante mi carrera.

¿Para quien quieres componer?
¿y para que?

¿y porque eso es algo que sólo les puedes dar tu?


La gente de Juan Valdez tenía miedo. Hay que volver.

Puse otros en el del banco de la republica y cuando me dí cuenta la niña estaba mirando los productos y haciendo el inventario, todo fue muy ridículo.

Irving dijo...

Compongo para mí, y espero que a alguién le guste lo que hago. Aunque a veces compongo para los demás, esperando que a mí me guste lo que hago. Algo así.