domingo, diciembre 30, 2007

Aumenta la criminalidad infantil en los estados unidos

Aunque el verso; en cuanto a poesía, en cuanto a drama del lenguaje, en cuanto a posibilidad fonética, nunca ha sido de mi agrado, encontré esta joya en bruto, que tiene la fuerza de mil elefantes, y la brutalidad de una buena cachetada. Para esta época de bofetones metafóricos y estados de ánimo sibilinos, una buena dosis de amargura. ¡¡¡Y feliz año para nosotros los occidentales, arrogantes poseedores de una ignorancia globalizante!!!

Una moneda cae cara o cruz
como la cruz cae cristo o los ladrones,
como la cara cae gracia o sombra
como la luna cae estatua o perro
y al pie de ese deslinde
vela la Gran Costumbre.

La Gran Costumbre con capucha de avestruz
vela al pie del deslinde
para que una moneda caiga siempre cara
y toda cara siempre sombra caiga,
para que toda cruz sea Cristo,
para que el pie no salga de su huella vela la Gran Costumbre,
vela con largos dientes colgando sobre el labio cuneiforme,
baskerville, elzevir: el Código, ese nombre del hombre vuelto historia.

-Salud, maravillosos niños norteamericanos
llamados a la var la lepra hereditaria,
irrumpiendo en la sala cuando el padre y la madre miraban la TV
con una sana, perfecta puñalada, con un fierrazo en las cabezas
donde Kolynos o Goodyear vaciaban sus gusanos de manteca podrida
Saludo a Mervyn Rose, a Sandy Lee, a Roy McCall, a Dick pecoso y sucio,
y a lana Turner junior, capaz de hacer lo que no hará la silla eléctrica.

Salud jóvenes héroes, asesinos de un tiempo proxeneta.

Legítima defensa, muchachito, están tratando de violarte, te acorralan
con un bozal de enciclopedias, promoción y De Soto
con el dentrífico perfecto, el telegrama en fórmula de lujo,
con discos de Sinatra o del Cuarteto Húngaro
ve, gánales de mano,
no te vendo palabras, mátalos de verdad para que vivan,
quiero decir: arráncalos de cuajo,
haz pedazos la rueda de las ruedas, destruye a escupitajos una historia
que masturba sus monos al ritmo de las máquinas de Time
que entroniza princesas de ruleta católica,
que engendra putas para despreciarlas desde el lecho legítimo
con un desprecio que no irá jamás a un
almirante o a un obispo.
Oh niños asesinos, ah salvajes antorchas
fulminando a las tías comedoras de estampas y pantallas floreadas,
a los abuelos con medallas de honor en la entrepierna,
a los papás que pontifican experiencia,
a las mamás que cosen los botones con aire de martirio.
Una lata de nafta, un fósforo y se acaba:
la hoguera es una rosa
la noche se San Juan empieza, hosanna!

Mientras se viva así, en la Gran Costumbre,
mientras la historia siga su cópula gomosa con la Historia,
mientras el tiempo sua hijo del Tiempo
y preservemos las podridas efemérides
y los podridos héroes de desfile,
las caras serán sombra,
las cruces serán cristo,
y la luz del amargo kilowatio, el amor revancha y no leopardo.

(Algunos, pocos, viven desacostumbrándose.
los matan a montones, pero siempre
hay alguno que escapa,
que espera a la salida de la escuela
para alentar al colegial de ojos de hielo
y regalarle un cortaplumas.)


La vuelta al día en ochenta mundos, Julio Cortazar, Siglo XXI Editores.

miércoles, diciembre 12, 2007

Jueves 2:20 AM



Ya es la tercera vez que escucho You only live once de los Strokes, y además volví a eso de saber que carajos dicen las letras, y la busqué en Internet, entonces ando cantando mentalmente para no despertar a Carlos. Ahora es fácil saber qué dicen las canciones, internet está plagado de letras de canciones. Pero no es eso lo que quiero decir. Me gusta mucho esa cancion, y el video, aunque no es la gran cosa; una banda toca en un cuarto blanco, de las paredes brota como petroleo y los va tapando poco a poco, hasta que al final del video la banda queda totalmente sumergida en el liquido negro. Eso es todo. La canción es simple, como toda buena canción. Me gustan los gestos, cuando dice nice varias veces, como levanta la pierna el cantante, cosas pequeñas, la manera de cantar, casi gritada. Me encanta esa canción, y me gusta que me puso nostálgico en el buen sentido, y me hizo volver a los viejos grupos, los que me acompañaron en los años oscuros, que ahora, con el trasnoche y la voz del de Strokes diciendo nice nice nice de esa forma, se me hacen los mejores. Y no sé, debe ser una cosa generacional, estuve viendo varios videos. Supergrass, que me encanta tambien, Pulp, el de hard to explain, de los Strokes tambien, la primera canción que escuché de ellos, y veo que hay cosas en común, una suciedad que me atrae, la actitud, el pelo, cosas sencillas, pequeñas. Estética en ultimas, estética de una generación nostálgica y arrogante. Sucia. El mugre como estética, el desorden, las vidas que se viven, aunque suene raro, así, vidas que se viven, que son vidas, individualidad, aceptación, contradicción. Palabras que se me vienen así. Es tarde. Carlos duerme al lado mío, es bonito verlo dormir mientras escribo y oigo esta canción obsesivamente.
tres minutos y diez segundos empaquetados con lo mejor de la nostalgia. Lugares, situaciones, cervezas regadas, canciones, vomito, descontrol, saberse perdidos y cantarlo de la mejor manera, nada trasciende, todo es vida, y la vida también es muerte, asi que qué carajos, vivir, eso es lo que hay que hacer. Eso es lo que haré.

viernes, noviembre 23, 2007

Libro de caras

He vuelto a saber de gente del pasado. Gente que conocí y que pensé, nunca volvería a ver. Pero han vuelto. Llegan y escriben un par de cosas; nada muy comprometedor, nada muy específico, nada muy interesante, nada especial. Ponen fotos para que los demás las vean. De sus viajes, de sus fiestas, de sus lugares, de su gente, de sus caras interrumpiendo la vista de un edificio de esos que parecen importantes, por lo de imponentes, pero que en últimas sólo guardan infamias. Ya empiezo a irme por las veredas, así que me atajo y vuelvo a la carretera provincial, que aunque llena de huecos, me puede llevar a alguna parte. Ponen fotos y comentan, algunos ríen de esta forma: jajajaja, hehehehe, jijijiji (los más timidos). Preguntan algo y se van. Yo he intentado responder a esos arrebatos de pasado repentino, a esas ganas de no pasar en vano, de querer ser recordados. Pero aún no estoy convencido. Creo que hay gente que se pone feliz con un: si, me acuerdo de ti, o de usted, o de su cara, pero donde es que nos conocimos? No, a esa pregunta no se tiene derecho, el sistema lo hace todo. Te recuerda el nombre, la cara, el lugar de procedencia, el tipo de relación que tuviste con la persona, si fueron amigos, novios, simples conocidos circunstanciales (los más) donde vive actualmente, con quien sale, qué le gusta tomar, comer, vestir, hacer los viernes en la noche, qué pelis, qué música, en qué lugares prefiere el sexo y el estado de ánimo del momento. Es lo más cerca que podremos estar del otro, y con eso parecemos contentarnos. O más bien, es lo que el otro quiere mostrar de sí mismo, a lo que nos quiere acercar. Lo que nos aleja es todo lo demás, pero no nos damos cuenta. La fotos que no muestra, las cosas que no dice, las risas que nunca fueron.


Datos, imágenes, nada muy comprometedor, nada muy personal, nada. Eso es facebook, un libro de caras, y no pretende ser nada más. Pero yo sigo en las mismas, como cuando miro un retrato, quedo con lo que yo quiero ver de él. A veces me aburre, a veces me “entretiene”, a veces me da miedo.

sábado, octubre 27, 2007

Tánatos cotidiano

A veces pienso en la muerte. Son pensamientos rápidos y automáticos, como los que tengo para pensar en otras cosas de la vida. Cuando me vean distraído y con la mirada en otra parte, puede que esté pensando en la muerte. No necesariamente en la muerte propia, puedo estar pensando en la muerte en general, o sea en la muerte de los otros. Si parece que miro a un punto indeterminado, estoy mirando a la muerte en ese punto indeterminado que es sólo indeterminado para los demás, no para mí, que sé bien cual es. Puede ser un árbol altivo y frondoso o un matorral reseco; un grupo de niños que juegan a la pelota o un bus atestado de todo tipo de gente. No veo ni el árbol ni el matorral, ni los niños ni la gente sudorosa en el bus; veo su ausencia, su vacío. Me pregunto si los demás piensan en la muerte, es más: si han pensado en mi muerte, y en vez de verme por ahí caminando y haciendo esas cosas que hacemos los vivos, ven mi ausencia, mi vacío. Muchas veces me han formulado la siguiente pregunta con auténticas ganas de querer obtener una respuesta de mi parte: ¿en qué piensas? Son demasiadas las situaciones de la vida en que por alguna razón alguien quiere saber qué piensa uno. Cuando me preguntan eso y resulta que casualmente estoy (o estaba, es difícil definirle un tiempo al pensamiento) pensando en la muerte, respondo que en nada, que no pensaba en nada, y cuando estoy pensando en otras cosas distintas a la muerte, respondo lo mismo, a veces me animo a decir cualquier cosa y hasta logro convencerme de que en efecto estaba pensando en eso. Pero ahora que lo pienso, pensar es un ejercicio de vacío. Querer saber qué piensan los demás es inmiscuirse en el vacío de los otros, en sus zonas de muerte. Me pregunto qué es la muerte, la negación de la vida o el final necesario que la define. NO SÉ. NO SÉ NADA, DE LA MISMA MANERA EN QUE PIENSO EN NADA. Cuando veo a los demás perdidos en sus pensamientos, me asusta pensar que están viendo mi vacío, y el temor aumenta cuando les pregunto en qué están pensando y me responden que en nada, que no piensan en nada y esa respuesta resulta ser tan real como la muerte. Yo soy esa nada.

domingo, septiembre 23, 2007

I fotutti

-Aló
-Aló
-Si, con quien hablo?
-A quien necesita
-Raúl?
-No, a quien necesita?
-Pues a Raul, pero he de estar equivocado porque no reconozco su voz
-Eso parece
-Disculpe
-No hay problema


-Aló
-Otra vez marcó mal, le contesta la misma persona con la que habló hace unos segundos.
-Hágame un favor entonces, dígame qué número es ese
-Me temo que no voy a poder hacer eso, más bien dígame a qué número marcó usted
-Pero eso es ridículo, marqué a su número, y por eso me contesta usted, y está claro que si la primera vez pude haber marcado mal, no lo habría hecho la segunda, a menos que me tome usted por un total imbecil, que dado lo poco que nos conocemos, me parecería una completa falta de respeto.
-Le decía que no puedo dárselo porque la verdad no me lo sé.
-Y cómo, acaso no vive usted allá?
-Acaso tengo que vivir acá para contestar el teléfono? Creo que usted está confundido, bastan tan sólo tres condiciones para que yo conteste este teléfono, y ninguna de ellas implica el que yo viva en este sitio y me sepa el número.
-Ah, y cuales son esas tres condiciones, si me las puede decir?
-Claro que puedo, de otra forma no habría seguido con esta conversación absurda.
-Y yo puedo escucharlas, tal vez por la misma razón, así que adelante.
-Me basta con encontrarme en este lugar, tener la voluntad, y lo más importante, que alguien llame
-Alguien como yo
-Exacto, y disculpe que le diga, pero no es un apunte muy perspicaz de su parte
-Lo sé, tiendo a decir cosas obvias
-Y a hablar con extraños
-Por eso me dejó mi esposa
-¿Por hablar con extraños? ¡Pero que tirana!
-No, por decir cosas obvias
-¡Pero que tirana!
-Si, pero da igual, total, eso fue hace mucho
-Lo siento, pero si la mencionó fue por algo
-No se preocupe, y en parte tiene razón, si la mencioné fue por algo, pero no quisiera hablar de eso.
-Entonces asumo que quiere hablar de algo.
-Pues sí, es cierto que a veces se llama a alguien sin saber bien para qué, pero no es mi caso
-Y de qué se trata
-No, de ninguna manera pienso contarle, lo aburriría a muerte, mas bien lo…
-Espere, hay ruidos abajo, ahora vuelvo
-No se demore

-Ya. Debió ser un gato, en qué íbamos?
-No recuerdo, demoró usted mucho
-Discúlpeme, pero ya sabe cómo son las cosas en estos días, un descuido y uno termina golpeado y en calzoncillos viendo como se culean a su esposa un par de adolescentes drogados.
-Bueno, no hay que ser tan paranoicos, las cosas pasan cuando tienen que pasar y ya sé que es una estupidez esto que digo, disculpe, no estoy de humor para tener una conversación de esas en las que no se dice nada.
-Si quiere podemos cortar la conversación aquí.
-No, la verdad me gustaría seguir hablando. La oportunidad de hablar con un extraño no se da todos lo días, y resulta que usted es un extraño que me agrada
-Déjese de estupideces, si eso de hablar con extraños es de lo más común, o acaso usted no habla con quien le vende el pan, con los cajeros, con los taxistas, con señoritas al otro lado del teléfono, a quienes les pagan precisamente por eso.
-Si, pero usted sabe bien que no me refiero a ese tipo de conversaciones, sino a una como esta.
-Perdone usted que siga siendo descortés, pero no le veo nada de particular.
-Entonces para usted es normal quedarse hablando con quien llama equivocadamente a su casa?
-Ya le dije que no es mi casa, ni siquiera me sé el número. Y sí, lo encuentro perfectamente normal, tan normal como hablar solo por la calle, o preguntarle a un perro si tiene frío. Son cosas que hacemos, por que debería sorprenderme algo así?
-Tal vez tenga razón, pero no quiero seguir alentando su argumentación inocua sobre un tema que tanto a usted como a mí nos tiene sin cuidado. Y en cambio sí me interesa saber qué hace usted allí a esta hora, siendo que no es su casa.
-Antes de decir cualquier cosa, tengo que aclarar, por el bien de la lógica gramatical y circunstancial, que no necesita esta ser mi casa, para que yo pueda contestar su teléfono, y si, sé bien que fui yo el que sugirió semejante barbaridad, pero tal vez pretendía tan solo retarlo de alguna manera, para sacarlo de esa lógica cartesiana, que lo lleva a inferir cosas equivocadas. Pero lo único que logré fue comprobar lo que me temía, usted es una de esas personas a las que tienen que decirle de qué color son las cosas, para que empiecen a verlas, así el color no corresponda con la realidad física, que como bien sabemos, es bastante escurridiza en estos tiempos de teorías del caos y de órdenes aleatorios.
-Y de violaciones a domicilio
-Exactamente.
-Y de conversaciones con extraños, que resultan de una lucidez exasperante.
-Lo mismo digo.
-Lo único claro es que usted está en la casa de mi amigo Raúl.
-Y que no sé quien es, por lo cual surge una pregunta realmente inquietante, y es la siguiente: ¿qué carajos hago en esta casa, siendo que no hay nada que me una a ella y a sus habitantes? Y de esa pregunta emana una respuesta aún más controversial y temible. No sé.
-Pues me temo que yo tampoco.
-Si, créame que no esperaba otra cosa de usted.
-Gracias por la sinceridad, es un elemento bastante inusual entre dos personas que apenas empiezan a conocerse.
-Si, pareciera que para llegar a ella, tuviéramos que vivir una vida juntos, y llegar a la conclusión inevitable…
-¿Que el matrimonio es el mal menor?
-No, que alguien va a entrar, y lo más aconsejable es que me vaya de acá, no quisiera alarmar inoficiosamente a su amigo Raúl.
-Pues es muy considerado de su parte.
-Lo sé. Fue interesante hablar con usted, al menos mejor que estar acá esperando.
-¿Esperando qué?
-Que llegara su amigo, para finalmente poder verlo.
-¿Para que quería verlo?
- Lo tengo que dejar, fue un placer, chau.
-Espere…, no se vaya. Mierda.

domingo, agosto 19, 2007

La juventud y otras catástrofes mediáticas

Mozart, a pesar de morir muy joven, superó el promedio de vida de los hombres de su época. Aún así hay muchas personas hoy en día que insisten en preguntarse qué habría escrito si hubiera vivido más años? Pregunta harto inoficiosa, teniendo en cuenta que de todo eso que escribió, el gran público conoce apenas una pequeñísima parte. De qué nos serviría entonces que hubiera vivido más tiempo? Para tener más Mozart a ignorar?. En esta época de sobrevaloración de la juventud, pareciera que todo lo que de ella proviene, tiene un valor agregado, lo que me pregunto con insistencia es qué cosa, y no logro dar con la respuesta. En El Espectador de hoy hay un artículo sobre el "nuevo Mozart", un joven que a los 16 años ya va por su sexta sinfonía. En el artículo no hay ninguna mención a su música, sólo se destaca el hecho de que componga sinfonías a esa edad. El valor de la obra no importa, importa la edad de quien la escriba, o más bien, hacen creer que es ese su único valor, al ignorar lo más importante: la música. Si Mozart hubiera muerto más joven nada sabríamos de él, ya que sus mejores partituras, no son las de sus mocedades (horrible palabra). De esta misma manera nos están vendiendo el nuevo invento publicitario-literario en torno a escritores menores de 39 años, que no se sabe bien qué carajos es, pues reunir a un grupo heterogéneo de escritores porque comparten el no pasar de los 39 años, no parece contener un mérito literario en sí, mas bien parece una estrategia de ventas, “lea a gente joven y usted será joven” y “aproveche, ahora la juventud llega hasta los 40”. Si esta es la nueva apuesta de las editoriales, deberían poner en la contraportada la edad del escritor y la cantidad de libros escritos, así sabríamos quien es mejor. La buena noticia es que hasta los 39, hasta ese arbitrario número, se extendió el plazo para dejar de ser joven. La mala es que los beneficios económicos y sociales de “la juventud”, en este país, siguen teniendo la misma filosofía: todo niño que ocupa puesto paga pasaje, y transmilenio a 1400 para todos, Yuuuuupi. Qué delicia ser joven.

P.D A los 39 no llegó el pobre Mozart. Pero para los que empezamos después, queda la tranquilidad de que no todos somos niños prodigio y que para ser creador no importa la edad, así los publicistas crean lo contrario.

martes, agosto 07, 2007

Festivo

Por fin entro al mundo del trabajador promedio, ese que gana para vivir y que mientras pierde su vida, o se la regala a un jefe ignorante, en cabeza de una institución inocua. No pretendo que algún día me guste lo que empiezo a hacer, simplemente lo hago para entrar en la inercia de la vida, y para dejar de creerme privilegiado. No me enorgullezco de nada, tuve que fingir interés y por supuesto, también mentir, ¿por que quien querría contratar a alguien que no finge y no miente?, hace parte de la tradición, ellos fingen que me necesitan, yo finjo que soy profesional, que tengo experiencia, que no me importa la paga de mierda ni el horario inhumano, que estoy interesado en el trabajo. Después vienen los rituales infaltables: subjefes que no hacen gran cosa, compañeros de trabajo con delirios de jefe, horas muertas, envidias, falsas complicidades, deseos de días festivos, de alarmas de bomba, de niños suicidas, de una buena gripe. Ahhhhh, que bien se siente.

lunes, julio 23, 2007

De vuelta

Ya que no logro terminar nada de lo que empiezo a escribir, decidí poner dos vínculos en donde de seguro encuentran algo bueno para leer. Uno es el de la revista Vice, donde lo bizarro y la inteligencia se encuentran. El otro, el del fagzine (como ellos mismos lo llaman), Butt. Páginas rosadas de entrevistas, árticulos, fotos, desnudos (lástimosamente reservados para la versión impresa que no se consigue por estos lares tan puritanos y putos) y la pretensión de que hacen cosas malas, de la mejor manera posible.

Clasificado

Con la intención de hacer un blog paralelo donde se traten temas homosexuales abiertamente, y sin tanta maricada, invito a quienes quieran, a participar con escritos, proponer temas para escribir, gente para entrevistar, lugares para visitar, etc. Bienvenidas sean todas las propuestas. Pronto sabrán mejor de qué se trata. Eso es todo.

miércoles, junio 20, 2007

Robira

Con nosotros vive una señora, se llama Rosa, tiene dos hijos, y viene de un pueblo que nunca antes habíamos oído nombrar. Ayer estaba muy preocupada, pero igual se las arreglaba para hacer el almuerzo, limpiar aquí y allá, preguntarnos si necesitábamos algo; así llevara por dentro todo un raudal de conflictos y preocupaciones. Rosa tiene dos hijos, ambos viven con su abuela en el pueblo. Desde la semana pasada uno de sus hijos está tosiendo, tiene dos años, y al parecer todo lo que come lo vomita. Para ella y sus familiares el niño tiene tos ferina. Rápidamente fui a Internet y busqué. Es una enfermedad grave que puede causar la muerte, muy contagiosa, causada por una bacteria. Le pregunté a Rosa que hace cuanto el niño venía con esos síntomas, me dijo que desde la semana pasada. Mi siguiente pregunta fue la natural de un ser citadino de buenos recursos, ¿y por qué no lo han llevado al médico?, su respuesta fue desconcertante pero al rato la entendería. Porque están en un velorio. A la enfermedad se suma la muerte. En ese momento no entendía cómo un muerto podía ser más importante que un vivo, seguí preguntando. ¿Y no hay nadie que lo pueda llevar?, mi mamá, pero está enferma, respondió secamente. Le pregunté si a su hermano lo habían matado, me dijo que no, que se había muerto. ¿Y cuantos hermanos tiene Rosa?, le pregunté, para saber por qué la muerte de su hermano parecía no importarle, veintiocho, respondió, aunque poco después corrigió y dijo treinta, tras hacer una rápida suma mental.

Rosa estuvo pensativa todo el día, su hijo estaba enfermo, y ella, la única persona a quien le importaba su salud, no podía hacer nada por él. La oí hablar con alguien del pueblo, impotente, llorando.

Al parecer hoy sí pueden llevar al niño al hospital. Rosa se levantó temprano, y aunque no me ha pedido que le preste el celular, sé que necesita saber qué pasa allá, pero tiene miedo.

Antes las familias tenían muchos hijos, no sólo por falta de anticonceptivos, sino para asegurar que alguno quedara vivo, pues la vida, aunque parezca increíble, valía menos antes. La muerte y la enfermedad eran lo único seguro. Yo creía que eso ya no sucedía, pero no, eso sucede ahora, no es cosa del pasado. La vida en el campo colombiano sigue sin tener valor, por eso las horrendos crímenes paras no pasan de ser una estrategia política, una estadística con la que ahora negocian, como si la vida fuera un producto.

Espero que el hijo de Rosa se mejore, ella sabe que su vida sí es importante, por eso está trabajando con nosotros y está lejos de él, para poder mandarle dinero a su mamá y así permitirle tener bien a sus hijos, pero desconfío de la voluntad de los del pueblo, están tan acostumbrados a ver morir, que ni siquiera piensan en los vivos. Le voy a decir a Rosa que llame y acose, que pa eso hay minutos, no quisiera verla llorar por algo evitable.

Punto aparte.

Cuello Baute, el representante homofóbico y resentido, escogido por influencia y sangre para, insinuó que podía haber "honorables" impedidos para votar la ley que garantizaba ciertos derechos a los homosexuales, aduciendo que no quería ver fotos de ellos haciendo de Drag Queens en la caracas. Hay que aclarar que los que se paran en la caracas no son Drags, sino transexuales y travestidos, y que así hubiera "honorables" Drags, no estarían impedidos para votar dicha ley, como no lo estaría un fumador al votar contra la ley que aprueba la prohibición de fumar en lugares públicos. Siempre hay un interés tras cada proyecto de ley, y ese interés es de quienes lo presentan, sería estúpido que fuera de otra forma, pero los impedimentos no se manejan como cree el señor Baute, pues de ser así, tambien estarían impedidos de votar los abiertamente homofóbicos, como él, ya que hay un interés personal de que no pase el proyecto. En fin, absurdos de la democracia. Lo cierto es que un impedimento se aplica cuando hay un interés que involucre directamente a la persona y gente cercana esa persona. En este caso el interés va mucho más allá, involucra a una comunidad heterogenea (que paradójico no?) y grande. Igual el proyecto no pasó, para felicidad de Baute, que repito, fue elegido por influencia para, para-dójico.

domingo, junio 17, 2007

Nueva Cork

Lo siguiente iba a ser un comment (comentario), pero se alargó más de lo que quería y terminó siendo un post (??????). Bueno, acá está:

Yo en cambio creo que, si hay algo que tiene para ofrecer la cultura anglosajona, es excelente música, excelentes escritores, artitas y artistos, cineastas, y no veo por qué privarme de todo aquello. Entiendo que haya un motivo ético, digamos, detrás de esa decisión, lo cual no significa que sea plausible per se. El hecho de que podamos escuchar música no anglosajona, de África (en todo su eclecticismo y extensión) de Asia, de islas perdidas en el pacífico, se lo debemos en parte, al interés de anglosajones como Peter Gabriel, a quien le dio por fundar el sello Real World, para grabar músicas de lugares donde no había llegado la tecnología de grabación, también debemos privarnos de esas grabaciones?. El mercado musical, no sólo el netamente comercial, sino el del intercambio de saberes: músicos de todas partes que viajan, dan a conocer su música, enseñan y aprenden, se lo debemos al impulso de sellos gringos o ingleses, al interés de músicos de allá por músicas de acá. Es decir que si hoy podemos ir a Tower Records (empresa gringa en extinción) y comprar un disco de música de la isla de Java, y descubrir todo ese mundo musical no anglosajón, es por culpa de esa idea (anglosajona) de comercializarlo todo, hasta la cultura. Ravi Shankar se hizo famoso en occidente gracias a los Beatles y a Yehudi Menuhin, aunque fuera ya una celebridad en la india. El fenómeno de la World Music, es netamente anglosajón.

Si yo rechazara esos productos culturales en este momento, estaría rechazando también buena parte de lo que soy, y jugaría el papel de quien desde una imposición social, rechaza todo un mundo de posibilidades a priori. Ya sé que suena extraño que una imposición social pueda ser la mamerta antiyanqui, ya que esta pelea contra las otras imposiciones sociales, como la anglosajona vendelotodo, pero en últimas también lo es, porque propende a la exclusión, al rechazo (de todo lo anglosajón porque sí, por ejemplo). En cuanto a cuestiones políticas, sociales, militares, de mercado y financieras, hablamos de otra cosa, y ahí sí tenemos que hacer algo, no comer callados.

Para rematar, creo que pretender escaparse de la influencia cultural anglosajona a estas alturas, es imposible, la tenemos bien metida en el cerebro, pero eso no quiere decir que seamos ellos, o que queramos serlo. La cuestión de cómo ellos influyen en nosotros y nosotros en ellos no es lineal, ellos no son los únicos capaces de vender cultura, ni nosotros somos todos unos borregos que creemos que hablar inglés es mejor que hablar español, que ser rubios es más estético. En fin, da para mucho esta discusión, y justo ahora que estoy en crisis, y que viajo a Nueva York (el Word me corrige y cambia el York por Cork, lo hizo de nuevo).

miércoles, mayo 23, 2007

Clasificados

Compositor y pianista busca músicos interesados en disfrutar de la música, crear desde la improvisación, proponer tecnologías, ser osados y atreverse a tocar pocas notas, relegar la chisga de sus vidas, expandir las posibilidades de sus instrumentos, mostrarse en lugares inusuales, apostarle a la imagen como parte integral de la propuesta, experimentar y ser clasicos, ser virtuosos de las sensaciones, querer vivir de la música haciendo lo que les gusta.

Influencias: Steve Reich, Philip Glass, Supergrass, Yes, King Crimson, Sufjan Stevens, Belle and Sebastian, John Adams, The cure, The Smiths, Brian Eno, Vinicius, Return to forever, Travis, Bach, Jobim, Piazzola, Britten y similares.

Interesados por favor aparecer, no quiero perder más tiempo pensando en maestrías y doctorados que no quiero hacer, que serían la excusa para no hacer música.

miércoles, mayo 16, 2007

Frases de bañera

La indignación es tan agotadora, que debe uno reservarla para la injusticia principal.

Saul Bellow

La vida es cada vez más cinematográfica, llegará el momento en que no sabremos cuando termina la función, si cuando salimos del teatro, o cuando entramos en él.

Yo

Hay un momento en la vida de toda familia posmoderna, donde los hijos ven con sincero asco a los padres. Creo que hay otros más íntimos y reconfortantes, donde los padres se olvidan de los hijos.

Yo


PUNTO APARTE

Nueva ministra de cultura, una neófita en el asunto, como el canciller Araújo, como Santos en el de defensa, como el vicepresidente, como el ex de hacienda y un largo etc. Parece que cada nombramiento es más sorpresivo que el anterior. Lo malo es que tanta improvisación, si uno no es John Coltrane, es muy dificil llevarla a buen término. Una película mala no debería tener nunca su secuela, y esta sí que fue mala.

A propósito de pelis. El violín, recomendadísima.

jueves, mayo 10, 2007

Dibujos

Los dibujos que ahora aparecen junto al nombre del blog y el de mi perfil pertenecen a Greg Biché, un dibujante que gracias a Flikr descubrí, y con quien ya intercambié un correo para pedirle permiso de usar sus ilustraciones y amablemente aceptó. Resulta que es un chinito muy joven, que aún está en el colegio y que sin duda tiene verdadero talento, así que gracias Greg.

miércoles, mayo 09, 2007

Vallejo, la polvareda y su resaca

De Vallejo he intentado con El Desbarrancadero, Días Azules y Entre Fantasmas, mas ninguno logró llevarme hasta el final, a pesar de que suelo leer las obras completas, así no me gusten. Vi la película de la Virgen de los sicarios y no me pareció gran cosa. Leí Uno que otro artículo en SOHO y otros en la Malpensante. Vi el documental que le hiciera Ospina, La desazón suprema. Sé de sus opiniones acerca de las mujeres, los políticos, las estatuas de próceres, la iglesia, el papa, el príncipe, la literatura en general, Colombia, los niños, los perros, la música, la ciencia (también en general). Me divierto con sus ocurrencias mediáticas, que siempre sacan polvo, tanto, que es difícil ver más allá de la polvareda. Sé que es homosexual, que tiene una perra que ama, un piano de cola en su apartamento del DF donde toca Chopin a bajísimas revoluciones, que el acento no ha logrado perderlo, que le interesa aprender de todo, para inyectar algo del veneno que fabrica en su boca y en sus manos (con ellas escribe) por donde pasa.

Me aburre su literatura, su insoportable primera persona, incapaz de construir personajes fuera de sí mismo. Creo que es un tipo apto para los medios, una estrellita punk de la literatura. Fuera de su prosa rimbombante; de los odios desmedidos a sus congéneres, de su saber empírico del mundo y sus engranajes, queda poco, casi nada, sólo polvo, que a pesar de haber sido alborotado, vuelve pronto a su antigua calma.

Me pregunto ahora qué dirán las contratapas de sus libros, donde casi siempre hay alguna nota biográfica. Escritor Mexicano a secas, o, escritor que renunció a su ciudadanía colombiana, extrañamente obsesionado por denostar de ese país y sus habitantes, o, escritor colombiano, muy a su pesar, pues no ha podido dejar de serlo, aunque rompa cuanto papel diga Colombia en su apartamento del DF.

Y bueno, mucho se ha dicho sobre Vallejo, pero siempre media el apasionamiento, así que yo digo sin la más mínima pasión lo siguiente:

Fernando Vallejo, no me gusta tu literatura, me aburre. Tampoco comparto muchas de tus apreciaciones sobre el mundo, creo que la mayoría de tus posturas son un papel aprendido para ganar adeptos y contradictores, todos furibundos como tu mismo, alzando la voz para hacerse oír, sin querer escuchar al otro. Por donde pasas armas chispero, dejas las cosas fuera de lugar, muchas intentas romperlas, algunas logras ensuciarlas, sin embargo en la madrugada, un ejercito de empleadas domésticas se encarga de dejar todo tal cual estaba justo antes de que llegaras borracho y con tu mal humor, a pegarle a tu mamá; algunas hasta relucen más que antes.

sábado, abril 21, 2007

Los efectos musicales

Leí esto en una cartelera del conservatorio. Buscándolo en internet lo encontré de nuevo en la página Bogomusic y de ahí me lo apropié para ponerlo aca con algunos cambios y dos adiciones criollas. Espero los divierta como a mí.

Recientes estudios científicos revelaron que la música de ciertos compositores influía en el desaorrollo de los niños, si estos la escuchaban a temprana edad. A continuación un listado de los distintos efectos encontrados.


EFECTO PAGANINI: El niño habla muy rápido y con palabras extravagantes pero nunca dice nada importante.

EFECTO BRAHMS: el niño habla con una gramática y un vocabulario maravillosos siempre que sus frases contengan múltiplos de 3 (3, 6, 9 palabras, etc.). Sin embargo, sus frases de 4 o 8 palabras resultan bobas y poco inspiradas.

EFECTO WAGNER: el niño se torna megalómano. Es posible que termine casándose con su hermana.

EFECTO BRUCKNER: El niño habla muy lento, se repite con frecuencia y adquiere reputación de profundidad.

EFECTO MAHLER: el niño grita sin parar a todo pulmón durante varias horas diciendo que se va a morir.

EFECTO SCHOENBERG: el niño nunca repite una palabra antes de usar todas las otras de su vocabulario. A veces habla al revés y con el tiempo la gente le deja de poner atención. El niño opina que esto se debe a la incapacidad de la gente de entenderlo.

EFECTO IVES: el niño desarrolla una habilidad fenomenal para mantener varias conversaciones al mismo tiempo.

EFECTO STRAVINSKY: el niño tiene una tendencia pronunciada a explosiones de temperamento salvaje, estridente y blasfemo que frecuentemente causan escándalos en el jardín infantil.

EFECTO JOHN CAGE: el niño no habla nada durante 4 minutos y 33 segundos. Es el niño preferido de 9 de cada 10 profesores.

Otra versión de EL EFECTO JOHN CAGE ES: El niño no dice nada durante 4 minutos y 33 segundos. De diez profesores, cinco creen que es un idiota y los otros cinco que es un genio.

EFECTO BOULEZ: el niño balbucea bobadas todo el tiempo. Después de un tiempo a la gente ya no le parece gracioso, sin embargo poco importa pues sus amiguitos creen que es un genio.

EFECTO PHILLIP GLASS: el niño acostumbra decir lo mismo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…Aunque él asegura que nunca dice lo mismo, nadie se ha quedado escuchándolo mucho tiempo para comprobarlo.

EFECTO ARVO PÄRT: el niño dice tan solo cuatro palabras y deja sumidos a todos lo que lo oyen en una profunda depresión.

Y para la fauna local me atrevo a formular los siguientes:

EFECTO RODOLFO ACOSTA: el niño aparece inscrito en muchos colegios simultáneamente, públicos y privados. Sin embargo nadie dice conocerlo y menos haber oído de él.

EL EFECTO MOISÉS BERTRÁN: el niño habla con acento extraño, al parecer porque quiere imitar a todos los niños anteriormente citados.

viernes, abril 13, 2007

Mas basura

El anterior escrito fue motivado por un artículo de la revista semana que leí en su versión electrónica. En él, la falta de un periodismo cultural se hace más que evidente. Quienes están opinando en este país sobre "cultura" son un puñado de idiotas, con silicona en el cerebro y poder inmerecido para transmitir su baba. Lo peor de todo el asunto es que tienen credibilidad, aunque en sus escritos sólo se lea la palabra basura. Pues sí, nos hemos vuelto consumidores de basura y basura decidieron darnos. En forma de protesta les dejo el siguiente párrafo:

Basura basura basura basura basura basura, basura basura basura basura. Basura, basura, basura , basura, basura , basura, basura, basura, basura basura basura. Basura basura basura basura basura.


Despues de escribirlo varias veces, se refunde el significado y sólo queda la imagen, o en mi caso el sonido; la forma, no el contenido.

Da rabia que nos ganen la batalla los medios, y que nos hayan hecho olvidar de los contenidos. La cultura ahora es silicona, culo y baba.

Por otro lado, quedé impresionado con un grupo de danza que vi en televisión (claro está, no lo vi en rcn ni en caracol), lastimosamente no alcancé a verlo desde el comienzo, y los créditos del final pasaron tan rapido que me cogieron de sorpresa y apenas quedé con la vaga información de que era un grupo de danza brasilero, aunque por la calidad del montaje pensé sería europeo, más no, no en toda latinoamérica se conforman con un par de tetas. La coreografía, el diseño del escenario, la música, todo maravillosamente junto. Y yo leyendo basura. Si alguien tiene el dato se lo agradecería. Lo pasaron en film and arts, y la escenografía era un simple y bellisimo juego de luces, donde predominaba el rojo.

miércoles, abril 11, 2007

De cómo un anónimo se arrepiente y aún así no queda conforme

Una bebida en mi mano; siempre algo de licor, no demasiado, el suficiente para sentirme ligeramente distinto, alterado. Miles Davis restregándome su improvisada perfección en cada frase, en cada prodigioso error de su trompeta ronca. Un libro en la otra mano, primero Nabokov desplegando toda su destreza para no decirme nada, y aún así maravillarme, después Caicedo, vivo en cada palabra, intenso, siento su respiración en la nuca, tan agitada como la mía pero irremediablemente más vital. Y entonces se manifiesta, el malestar ataca, me pone en pie y me arrastra hasta el computador, que dormía lastimosamente en una habitación sin gracia. Ni la bebida (aunque aún me acompaña), ni la suerte de melancolía de Miles, pudieron retenerme en ese momento de tranquilidad y equilibrio perfecto. Tenían que venir las palabras a interrumpir, violentas y torpes, como militares de una dictadura buscando pistas en una biblioteca. Y para qué, para no saber qué decir, para estar pensando y repensando cada palabra en esta suerte de estreñimiento retórico? Mierda, qué gran mentira. Hoy hice algo malo, injurié a un desconocido anónimamente, y me importó más la pulcritud de la injuria, su perfecta redacción, que la injuria misma. Es tonto pensar en eso, pero me sentí obligado a opinar y decir mitómano insufrible, a un tipo que vi una sola vez en mi vida, pero que terminó por entrometerse en conversaciones y pensamientos míos, sin proponérselo tal vez, pero incomodando, como todo dios falso. El caso es que ahí estaba el artículo, evidenciando una gran farsa, y ahí estaban sus seguidores ignorantes, ayudando a enturbiar lo que para mí es nítido e indiscutible: que este tipo es un farsante. No tengo pruebas, más que el sentido común y la lógica de marras. Pero aún así no me cabe duda de que la revista miente, que él miente, que sus seguidores creen en sus mentiras, que si no supiera lo que sé, no estaría escribiendo esto. Y entonces dudo de la supuesta integridad de la revista, de sus pomposos periodistas, de su historia intachable. Y qué tal que sí sea lo que dicen es, y sus conciertos cambien vidas, y llamarle maestrísimo sea apenas una mera cortesía al no encontrar palabras para describir lo que hacen sus dedos con el piano. Que tal que sea yo el equivocado, que mi ignorancia me haya dejado ciego y vea tan sólo el santo. Entonces me arrepiento de haber sido tan banal y ligero calificando con denuestos a un pobre tipo que podría ser fácilmente el mejor pianista de Colombia, y por que no, del mundo, del universo, porque si hay reinas universales debería haber también pianistas, y su estrafalario proceder sea el de un genio y no el de un farsante. Busqué en Google, en altavista, su nombre aparecía en dudosos artículos, nada que me dirigiera en la dirección del “loco genial” y no en mi propia versión de esa frase, la de “loca insufrible”. Más tarde vino el comentario de una tal Luz Angela, con quien sé, estudió. Lo ratificaba todo, le daba ánimos y me dejaba a mí sin palabras. ¿Estaba siendo injusto acaso? ¿Su éxito me molestaba tanto como para estar actuando mezquinamente sin sentido de la realidad, impulsado por la envidia y el temor al propio fracaso? No sé aún, pero volví a la página del nefasto artículo que tanta zozobra me produjo y escribí otro comentario, esta vez sin seudónimo, tratando de ser lo menos destructivo posible, como me enseñaron en esa clase aburridísima del colegio que reemplazó a la de religión. ¡Toda crítica debe ser constructiva! Casi un eslogan, un modo de vida, una moral y una ética. Creo haberlo logrado. Salirme con la mía dándole algo de crédito fue posible, como siempre, con artilugios retóricos y falsa erudición. No quedo conforme, quiero verdad, poder opinar sobre lo que digan mis oídos, no aportar más confusión e ignorancia al asunto. En definitiva, bien por él, sea cual sea su logro, y mal por mí. Lancé injurias que dolieron, o más bien, mezclé dos asuntos que no debían estar juntos con esa intención, la de causar daño, y calaron, pues la avalancha de frases reivindicatorias fue superior a cualquier expectativa mía al respecto. Lamento haber mentido, o haber confiado en mentiras de otros, que viene a ser lo mismo. Mas ratifico lo que pienso, y si les parece excesivo todo este asunto, discúlpenme, tenía que hacerlo. Aunque perfectamente hubiera podido quedarme en mi silla, con Miles y Caicedo, alejado del mundo y sus trampas. No fue así, y este escrito es la consecuencia.

lunes, marzo 26, 2007

Más que un niño y su peluche

Los recreos del colegio solían ser bastante aburridos, pero nunca tanto como para quitarle el primerísimo puesto del aburrimiento a las clases, donde siempre (recuerdo) el ingenio se aplicaba magistralmente en sentido opuesto al que creo debe aplicarse a toda intención de transmitir conocimiento: el de divertir. Tal vez por esa carencia crónica, terminé aborreciendo las aulas y lo que de ellas sale.

Mis mejores recreos fueron los que pasé en la biblioteca, algunas veces solo y otras acompañado, leyendo las tiras cómicas de la revista Los Monos de El Espectador, que juiciosamente eran encuadernadas por la ayudante de la biblioteca, y puestas en los estantes de la sección infantil después de cada domingo.

Mi tira cómica preferida era Gardfield. Fue con él que reí por primera vez ante algo que leía (y veía). Su humor me enseñó que las letras no son necesariamente aburridas, aunque mis profesores se esforzaran con saña en hacerme creer lo contrario. Si a alguien le debo el gusto por la lectura, es a Gardfield y los recreos que pasábamos juntos, mientras los demás niños jugaban fútbol (deporte que más que todo me produjo ansiedad y humillación), o se dedicaban a espichar sus bolsas de gomitas de distintos colores, hasta hacer de ellas una masa café viscosa.

No recuerdo en qué momento dejé de ir a la biblioteca, tal vez agoté rápidamente lo que ella podía ofrecerme en materia de diversión, y aún no encontraba cómo podía ser divertida una enciclopedia. El caso es que dejé de ir, y mis recreos volvieron a ser los de antes: o jugaba fútbol, o era marica. Yo prefería espichar gomitas y andar por ahí antes que vérmelas con el balón, si eso me hacía marica, cuando a duras penas concebía el sexo como algo humano, pues eso fui; uno que prefería ir a leer tiras cómicas a la biblioteca o pasear sin rumbo por el colegio, antes que recibir las burlas y los golpes propios de los machos en su estado natural, el de la barbarie.

Por suerte después vinieron los libros, los de verdad, “sin dibujos”, y la sorpresa de encontrar imágenes en mi cabeza para cada palabra, aunque lo que leía fuera tan ajeno a mi realidad como una peste en Omán, o el delirio de un saxofonista de jazz por las calles de Paris en los 50’s.

Fue mucho tiempo después que me interesé de nuevo en las tiras cómicas. En Piacenza, donde pasé largas temporadas de soledad volviéndome loco, un día preferí leer los tres libros que tenía una amiga con recopilaciones de tiras cómicas de Calvin and Hobbes, a ir al conservatorio. Reí como no lo hacía desde los recreos del colegio y recuperé mi gusto por la lectura.

Por eso desde entonces busco autores que me diviertan (no siempre haciéndome reír, pues la diversión es un concepto más amplio y no tiene nada que ver con su repugnante impostor: el entretenimiento).

Pero el humor y la inventiva escasean en la literatura, no se dan fácilmente. Fue Manuel Hernández, en un taller de narrativa en LosAndes, el que me hizo caer en cuenta de lo cómico de La metamorfosis. Gregorio Samsa se despierta y se encuentra convertido en un insecto ¿Puede haber algo más divertido? Esa visión no existencialista del libro fue reveladora, las calamidades humanas pasaron a causarme enormes carcajadas internas, y no sendos cuestionamientos sobre mi lugar en el cosmos. Desde ahí, empecé a leer con otros ojos. Aunque a veces me sentí frívolo buscando diversión donde otros buscan saber y conocimiento, pronto encontré que no era el único. Otros también encontraban placer describiendo el mundo cómo una sucesión de hechos potencialmente divertidos. Entre ellos Cortazar, Echenique, Amis, Monterroso, Arlt, a quienes agradezco su sana versión de lo que puede ser escrito.

Y bueno, todo este prologo inoficioso para rendirle un pequeño homenaje a esa tira cómica que me devolvió la fe en las letras, y que me sacó por unas horas de mi agobiante mundo interno de entonces.



Datos curiosos:

Calvin fue nombrado por Calvino, y Hobbes por el filósofo inglés (no alemán, como ingenuamente creí).

El autor de la caricatura decidió no comercializar la imagen de sus personajes, por eso no se encuentran mugs ni almohadas con las caras de ellos (al menos no oficiales).

Desde diciembre del 95 no hay nuevas historietas de Calvin y su peludo amigo.

La última línea de estos personajes entrañables fue: Es un mundo mágico, Hobbes viejo amigo! (Ante el paisaje recién nevado), y en el último panel, Calvin exclama: ¡Vamos a explorarlo!

domingo, marzo 11, 2007

Mi primera marcha, que nunca fue tal

Estaba solo. Me encontraría con N en el planetario. Le colgué y alcancé tan sólo a dar unos pasos cuando vi la avalancha de gente venir hacía mi, una tanqueta echando agua y el aire enrarecido por los gases. La llamé de nuevo. Me contestó agitada, estaba entre la avalancha y como yo, había alcanzado a respirar el aire maligno. La garganta me picaba y los ojos lagrimeaban. Corrí hacia una esquina del centro internacional y desde allí vi a algunos manifestantes arremeter con piedras contra los vidrios de un Banco. Creo que ese fue el inicio de lo que en los medios llamaron actos vandálicos. Si en un principio fueron pocos los que se animaron a lanzar piedras, en corto tiempo se hizo un buen grupo que contemporáneamente, destruían ventanales a ambos lados de la séptima y corrían hacia el norte, donde otros edificios de entidades bancarias esperaban inermes a que llegaran las primeras rocas. Vi a algunos participantes destruyendo bolardos para convertirlos en armas contundentes. N no aparecía, pero lográbamos actualizarnos y pasarnos pormenores de lo que veíamos en distintos puntos, gracias a nuestros celulares. Los manifestantes tuvieron mucho tiempo para hacer de las suyas sin que apareciera el más mínimo aparato represor de la fuerza pública. Un policía de tránsito fue arrojado de su moto y golpeado brutalmente, pero no pasó a mayores pues la pronta intervención de voces conciliadoras logró alejar a quienes pateaban y golpeaban maquinalmente. Aunque intentaba alejarme de la ola de violencia, parecía que cualquier sitio que decidiéramos con N para encontrarnos, era justo el que escogían para atacar. Me vi corriendo y esquivando piedras a los largo de la séptima. Las cosas ya se habían salido de control, y yo entretanto me preguntaba: ¿y la fuerza pública?. El instinto de conservación me hacía pensar que tanta espera por parte de la policía era sólo una estrategia para justificar la violencia que vendría después. Tenía miedo. Por fin me encontré con N. También estaba sola y agitada. La vi caminar por entre los tira piedras con su celular en la oreja, mirando hacia todas partes para encontrarme, en una escena que me pareció hermosa, como ella. Ya juntos, seguimos caminando, y por fin logramos alejarnos un momento del epicentro, y desde allí, comentar perplejos el horror de la escena, pues no todos lo días se asiste al centro a ver cómo es destruido. Pero pronto tuvimos que correr de nuevo. Un par de tanquetas se aproximaban y los de el esmad con ellas. Bajamos por calles que desde la perspectiva del perseguido, parecen callejones sin salida. Entramos a un edificio de apartamentos, y en el lobby esperamos. La señora de la recepción se escondió tras el mostrador al vernos entrar, y tuve que decirle que se calmara y cerrara la puerta, en un tono que no me conocía. Claro, para ellos éramos terroristas. Pero ahí no podíamos estar mucho tiempo, así que salimos a la calle sin saber bien para donde coger. En la trece sonaban disparos, en la caracas rompían más vidrios y las tanquetas reprimían, la séptima era territorio esmad. Esperamos algo aturdidos hasta que nos decidimos a seguir por la caracas. Las cosas ya se habían calmado. Pudimos ver a un celador barrer con rabia los escombros de vidrio del concesionario de motos que cuidaba. Los manifestantes fueron todos dispersados hacia la soledad y teusaquillo, por donde más tarde caminamos y presenciamos detenciones selectivas apoyadas con violencia, a personas que como nosotros, sólo caminaban por ahí. Pero no podría asegurar que fueran inocentes, igual nada justificaba la vioencia con la que lo hacían. Informantes y sapos espontaneos ayudaron a que las capturas fueran efectivas, pues no se podían ir con las manos vacías, aún sabiendo que su aletargado accionar fue planeado, porque de otra forma no se puede explicar el que hayan esperado tanto. En realidad fueron muchos los que participaron tirando piedra y saqueando, pero las capturas no se hicieron en el momento, y dudo mucho que las que se efectuaron, hayan sido a quienes lo hicieron. Para entonces, Bush estaba más que acomodado en el Palacio de Nariño, sonriendo estúpidamente ante las cámaras, y eludiendo preguntas incómodas de los periodistas.

Acomodado en un sofa, vi el noticiero de la noche. La noticia simpática de la visita, según la periodista que hacía la nota, era que Bush cambió la imagen que tenía de la ciudad, influida sin duda por el cine basura de su país, que muestra un villorrio ardiendo en medio de la selva cuando habla de Bogotá. El presidente admitió que era distinto a lo que esperaba. Pero no, lo que vio Bush fue un conjunto de calles vacías, el centro de una ciudad enorme vacío, la Plaza de Nariño tan insulsa y fría como siempre, pero vacía. Bush visitó un lugar irreal, donde en vez de personas había militares, comió algún plato típico, seguramente paisa, que no le gustó, y que lo hizo pedorrearse en cuanta reunión tuvo después, saludó amablemente a cuanto lagarto se le apareció por delante, intercambió un par de palabras con Uribe que no definieron nada, fue elogiado y respetado, y se fue con su sonrisa a otro país latinoamericano, donde se repetirá la farsa. Mientras tanto, en algún lugar, 127 personas (oficialmente) esperan a que eso que hicieron, no sea tan grave como para que la fuerza pública, haga eso que ellos creen que hace, con los que cogen en estas circunstancias, y sus motivos de odio, sean horriblemente reales. Lo que sé, es que si es así, no podrán hacer mucho. Espero que así no sea.

martes, marzo 06, 2007

Basura

¿Que por qué no escribo más hoja debida? Porque me cansé de dar explicaciones que ya ni a mí me interesan. Además me estoy rompiendo, y ya no sé qué parte de mí escribió eso. Tiendo a pensar que quedó tirada en alguna calle por la que ya no pienso volver a pasar; puede que un par de niños estén jugando con ella, o que las ratas la hayan devorado, pero seguramente sigue ahí mismo, sin perturbarle la vida a nadie, esperando a que el tiempo haga lo suyo, como lo hace con otros pedazos de basura.

lunes, febrero 05, 2007

Primera parte de mis conclusiones sobre ciertos aspectos de mi vida, en los que he pensado en este tiempo de ocio

HOJA DEBIDA

Cuando los académicos razonan fuera del recipiente

Ahora que soy un músico profesional, con un piche pregrado de una universidad tercermundista, y tengo una hoja de vida archivada (en el mejor de los casos) en distintas instituciones relacionadas con la enseñanza de la música en Bogotá, me doy cuenta que no le intereso a nadie como músico.

Toco piano. Mi formación fue clásica y me mamé varios estudios de toda clase y todo nivel, desde Hannon hasta Chopin, para lograr entrar a la élite de los que mueven los dedos a grandes velocidades y miran al techo de los auditorios en los momentos de mayor alcance místico. Pero nunca fui invitado a su fiesta de virtuosismo y perfección técnica. Tuve que contentarme con el placer que me da tocar sonaticas de Haydn (despreciadas por el público pianístico), cualquier cosa de Bach (que no acepta mediocridad), y últimamente Mompou, a quien creo entender y tocar sin sentir complejos.

Abandoné la composición en la academia, por arrogante más que otra cosa, pues sentía que nadie podía enseñarme nada, y que los modelos de enseñanza eran anacrónicos y descontextualizados, que de ellos no podría sacar otra cosa que frustración y un posible suicidio. Por eso huí a Europa, donde el panorama no era distinto, los compositores también viven de dar clases de teoría y sus composiciones no las conoce nadie.

Entonces me decidí por ser pianista. Luché con viejas mañas aprendidas de dudosos profesores que por ser rusos o polacos o búlgaros, suelen acampar de por vida en países con poca cultura musical, explotando los bolsillos de personajes arribistas o engañando a la academia con falsos títulos. Aprendí a ser paciente, y sólo toqué estudios y ejercicios por seis meses. Más tarde monté obras no muy difíciles, y toqué por primera vez ante un público totalmente desconocido. Recuerdo que en un concierto dedicado a la variación, donde yo intervine con mi versión de las variaciones en fa menor de Haydn, una señora acompañó con el sonido de sus pulseras las variaciones Goldberg, tocadas por otro alumno de mi maestro, perfectamente acoplada al ritmo. Por eso me atrevo a decir que además de desconocido, era un público conocedor. También participé en otro par de conciertos, y aunque en ninguno conocí la perfección, tuve buenos comentarios de gente que como les digo, nunca había visto.

Pero mi estadía en Europa fue corta, y huí de nuevo, pues el fantasma del fracaso y el suicidio no se había desvanecido.

De nuevo en Bogotá, con muchas preguntas de quienes me conocían, y pocas explicaciones mías, empecé a estudiar piano en la nacho, porque mi paso por Los Andes ayudó a ratificar mi posición social: no me interesaba más hacer parte de ese templo a la vanidad intelectual de la clase alta colombiana, convertida en un excelente lugar para las relaciones públicas. La gente como yo que estudia en un lugar así, lo hace para lograr amistades influyentes, que sin tener que pasar hojas de vida, terminen por situarlos a punta de elogios infundados, en un cargo de alguna dependencia del ministerio de cultura. No era mi caso, yo quería en serio ser compositor, pero en ese lugar no lo hubiera logrado, aunque de pronto el puesto en el ministerio sí.

sábado, febrero 03, 2007

Cómo agregar vacío

Propuestas paralelas al día sin carro:


Día sin paras
Día del no trabajo
Día sin fe
Día sin patria
Día sin fronteras
Día sin balas
Día sin políticos
Día sin Shakira
Día sin televisión
Día sin celular
Día sin La FM
Día sin noticias de farándula
Día sin farándula
Día sin visas
Día sin torturas
Día sin Uribe


Algunas ya puestas en marcha, exitosamente, no sobra decir, en varios países:

Día sin agua
Día sin luz
Día sin comida
Día sin dignidad
Día sin trabajo
Día sin dinero
Día sin salud

(los esfuerzos han sido encomiables en estos asuntos, algunos países hasta gozan de años en ciertos items)

Por otro lado, quiero aclararle a los periodistas de este país, que Bob Geldof no es el cantante de pink floyd, ni lo fue nunca. Actuó en The Wall, película de Alan Parker, con música del citado grupo. Bob Geldof musicalmente es una basura, sus mayores meritos han sido ser un gran diplomático y tener las amistades precisas para poder congregar gente más famosa y más rica que él en varios escenarios, con fines sociales y mucha demagogia. Y bueno, es un tipo simpático, y hasta ahí llega su gracia. Pero ahora parece que todo el que llega a Cartagena es una divinidad, y los periodistas babean por ir a preguntar estupideces en el lobby del Santa Clara. A quien se puede culpar: a las facultades de comunicación social? al público enceguecido por tanto falso destello de "estrellas"? al arribismo cultural de nuestros medios?

miércoles, enero 17, 2007

En un país de sordos

Escribe la comentarista de El Tiempo desde Berlín: Para su premiere, el director colombiano y el director musical del programa Debut de la emisora, Wolfgang Hagen, escogieron un repertorio "tan armónico como complicado" que comenzó con la sinfonía No. 25, de Mozart, una de las dos únicas sinfonías compuestas por el austriaco en clave menor.

Bueno, "tan armónico como complicado", es una opinión que poco nos dice del programa. ¿Por qué armónico? ¿Qué es lo complicado?. La verdad no le veo nada de armónico a un programa constituído por Mozart, un concierto para contrabajo de Bottesini (?), la rapsodia sobre un tema de Paganini Op 43 para piano y orquesta de Rachmaninov y la suite para orquesta de la ópera El mandarín maravilloso de Béla Bartók, de hecho me parece un programa inmamable, pero bueno, son opiniones, y el que esté entre comillas, asegura que el comentario no es de quien firma la nota. Pero lo que sí no es aceptable, es que se diga que es una de las dos únicas sinfonias en clave menor del austriaco. Primero porque si son dos, ya pierden la cualidad de ser únicas, y segundo porque lo que uno espera de alguien que escribe sobre música es que sepa que la clave menor no existe, existe el modo menor, y las claves de sol fa y do. Pero qué se puede esperar de un periódico donde las reseñas de conciertos que no sean de Shakira brillan por su ausencia, y donde le dan toda clase de publicidad barata y sensiblera al "gran festival de música clásica de Cartagena" mientras que los realmente excepcionales conciertos que ofrece el Banco de la República en la sala Luis Angel Arango hasta dejaron de ser anunciados en sus páginas.

Un error de este tipo en el único (ahora sí) diario de circulación nacional es inaceptable. Entiendo que la música clásica sea una cuestión de pocos, y que esté lejos de ser un interés nacional, pero si comentan sobre ella, deberían escoger a gente apta para ello, que sé que la hay, porque estoy seguro que para hablar de futbol contratan gente que sabe, y así para las demás secciones, ¿Entonces por qué la música no merece el mismo tratamiento?

Tal vez por eso es que cuando a un niño en el colegio le piden un xilófono cromatico en la lista de útiles escolares, nadie en la tienda sabe que carajos puede ser ese aparato con tan extraño nombre y tan extraña característica. ¿Qué pensarían si le pidieran un eufonio?

Si queremos ser un país que entienda que lo que pasó en Cartagena no fue lo que nos hicieron ver los diarios, falta educar, y no es dificil, sólo que nos pueden más las ganas de matarnos.

jueves, enero 11, 2007

Aforismo

La inteligencia puede hacerte ver bello, la belleza nunca te hará inteligente.