domingo, diciembre 30, 2007

Aumenta la criminalidad infantil en los estados unidos

Aunque el verso; en cuanto a poesía, en cuanto a drama del lenguaje, en cuanto a posibilidad fonética, nunca ha sido de mi agrado, encontré esta joya en bruto, que tiene la fuerza de mil elefantes, y la brutalidad de una buena cachetada. Para esta época de bofetones metafóricos y estados de ánimo sibilinos, una buena dosis de amargura. ¡¡¡Y feliz año para nosotros los occidentales, arrogantes poseedores de una ignorancia globalizante!!!

Una moneda cae cara o cruz
como la cruz cae cristo o los ladrones,
como la cara cae gracia o sombra
como la luna cae estatua o perro
y al pie de ese deslinde
vela la Gran Costumbre.

La Gran Costumbre con capucha de avestruz
vela al pie del deslinde
para que una moneda caiga siempre cara
y toda cara siempre sombra caiga,
para que toda cruz sea Cristo,
para que el pie no salga de su huella vela la Gran Costumbre,
vela con largos dientes colgando sobre el labio cuneiforme,
baskerville, elzevir: el Código, ese nombre del hombre vuelto historia.

-Salud, maravillosos niños norteamericanos
llamados a la var la lepra hereditaria,
irrumpiendo en la sala cuando el padre y la madre miraban la TV
con una sana, perfecta puñalada, con un fierrazo en las cabezas
donde Kolynos o Goodyear vaciaban sus gusanos de manteca podrida
Saludo a Mervyn Rose, a Sandy Lee, a Roy McCall, a Dick pecoso y sucio,
y a lana Turner junior, capaz de hacer lo que no hará la silla eléctrica.

Salud jóvenes héroes, asesinos de un tiempo proxeneta.

Legítima defensa, muchachito, están tratando de violarte, te acorralan
con un bozal de enciclopedias, promoción y De Soto
con el dentrífico perfecto, el telegrama en fórmula de lujo,
con discos de Sinatra o del Cuarteto Húngaro
ve, gánales de mano,
no te vendo palabras, mátalos de verdad para que vivan,
quiero decir: arráncalos de cuajo,
haz pedazos la rueda de las ruedas, destruye a escupitajos una historia
que masturba sus monos al ritmo de las máquinas de Time
que entroniza princesas de ruleta católica,
que engendra putas para despreciarlas desde el lecho legítimo
con un desprecio que no irá jamás a un
almirante o a un obispo.
Oh niños asesinos, ah salvajes antorchas
fulminando a las tías comedoras de estampas y pantallas floreadas,
a los abuelos con medallas de honor en la entrepierna,
a los papás que pontifican experiencia,
a las mamás que cosen los botones con aire de martirio.
Una lata de nafta, un fósforo y se acaba:
la hoguera es una rosa
la noche se San Juan empieza, hosanna!

Mientras se viva así, en la Gran Costumbre,
mientras la historia siga su cópula gomosa con la Historia,
mientras el tiempo sua hijo del Tiempo
y preservemos las podridas efemérides
y los podridos héroes de desfile,
las caras serán sombra,
las cruces serán cristo,
y la luz del amargo kilowatio, el amor revancha y no leopardo.

(Algunos, pocos, viven desacostumbrándose.
los matan a montones, pero siempre
hay alguno que escapa,
que espera a la salida de la escuela
para alentar al colegial de ojos de hielo
y regalarle un cortaplumas.)


La vuelta al día en ochenta mundos, Julio Cortazar, Siglo XXI Editores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En yoapal hace mucho calor, la gente se ve mayor edad de la que tienen y empiezo a engordar.