sábado, mayo 27, 2006

microlingotes












El señor presidente, antes de salir a la rueda de prensa fue al baño y al mirarse en el espejo, se dio cuenta de que su corbata no salía con el traje que llevaba puesto. Durante la rueda de prensa no dejó de pensar en ello.


El pianista erró una nota, después otra y luego una más. De ahí en adelante nadie supo qué sucedió; más pesaban sus errores.


Ese día lo escogieron a él para tocar el timbre que marcaba el final del recreo. Pensó en que podría alargarlo hasta que quisiera, por eso fue a tumbarse a un prado y se permitió dormir. Al despertar no vio a nadie; supo entonces que alguien ya había hecho su tarea.


Nunca se había escapado del colegio. La primera vez que lo hizo se la pasó pensando en qué estarían haciendo sus compañeros mientras caminaba sin rumbo por las calles de la ciudad con un cigarrillo entre los dedos.


Si dejara de pensar en ti me vería obligado a pensar en otra cosa, pero sé que fuera lo que fuera, terminaría relacionándolo contigo.


El profesor habla sin parar, yo mientras tanto me lo imagino desnudo en medio de un desierto.


Este cuento acabara cuando termine esta frase.


Cuando tenía muchas cosas en la cabeza, no podía escribir nada, y cuando no tenía nada escribía muchas cosas, pero igual no le gustaban.


Antes de saltar pensó en la sonrisa de su novio. Los que lo vieron bajar dicen que parecía tranquilo, pero nunca lo sabremos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno más (posiblemente verídico): El aspirante contestaba su examen con intensa concentración, mientras el profesor que hacía de jurado observaba incrédulo los dos dedos índice de cada una de sus manos, imaginando la conmoción que podría desatarse si aquél joven decidía ingresar a una carrera de música.

Anónimo dijo...

Sin saberlo estaba en el 3 brumario del año II, pensando, sólo pensando que pasaría en germinario.

Anónimo dijo...

Hablo y hablo sin parar, mientras un estudiante me observa distraidamente, provocándome un inquietante sentimiento de soledad...

Anónimo dijo...

Le regaló una vez más su cálida sonrisa, al tiempo que notaba en su mirada sombría, algo que le hizo presentir confusamente lo irreparable.

Irving dijo...

Huy, como que eso los puso a escribir y no sé si sentirme orgulloso o culpable de sus cuentícos y de los mios.

Dos respuestas que no se entienden por si solas (claramente era esa la intención), un inquietante cuento del tipo: Cómo será ver llover en Angola, igual, creo, pero no puedo estar seguro. Y Uno con exceso de adjetivos que lo hacen confuso.

Por fin no soy el único que se expone a la crítica.

Anónimo dijo...

Con menos adjetivos (jeje).

El desgano le invadía como una sombra, ya era tarde para llamar y sus pocos amigos andaban tan ocupados… Se acomodó bajo las cobijas, imaginando la almohada como un pecho cálido. Poco después, aún sin dormirse, sintió que estaba bien y que ya no era importante seguir respirando.

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Estaba besando sus sonrosados labios, moviò una pierna y le quebro las gafas.