domingo, diciembre 04, 2005

¿El poder, una enfermedad genética?

Escribe el columnista de El Tiempo sobre el delfinazgo en la clase política colombiana, acerca de cómo el poder se transfiere sanguíneamente en este país. Su preocupación nace de haber visto la portada de la revista Caras (una revista de esas para famosos y ricos donde todo es rosa, hermoso, y valga decir, estúpido y terriblemente aburrido), en dicha revista los hijos de los tres últimos presidentes, contando al actual pro-dictador Álvaro Uribe Vélez, posan con sus padres en distintos lugares del Palacio de Nariño; no sus hijas, sólo sus hijos, tal como lo hacen los enmohecidos monarcas europeos para revistas de la misma calaña en el viejo continente. El hecho, de apariencia intrascendente, tiene el tufillo indiscutible de salir del más anquilosado costumbrismo político del país de: La Estupidez Siempre Arriba, donde lo que cambia es la cara, nunca el apellido.

Recuerdo perfectamente a estos cuatro personajes, dos de ellos de un mismo padre; la genética le fue favorable al afortunado Álvaro, que tendrá La posibilidad de ver su “herencia” dos veces en el palacio (no por nada se llama palacio). No le bastó con la reelección. Si seguimos así, tendremos a algún Uribe merodeando por el palacio en los próximos treinta años.

Soy de la misma generación de estos “jóvenes promesa”, los vi por televisión bostezar durante la coronación, perdón, posesión de sus padres y aunque no supe de sus vidas por bastante tiempo, no era difícil imaginar que volverían a su pobre país, a pesar de ser privilegiados del sistema y podrían vivir con holgura en cualquier parte, aún sin trabajar. Como abogados, ingenieros o administradores se habrían hecho camino sin dificultades en grandes multinacionales, pero el virus del poder se les inoculó desde la concepción. Ahora vienen por lo suyo.

¿Por qué no se dedicaron al arte, al deporte o al reconfortante ocio? ¿Por qué estar en carreras afines al poder, pudiendo hacer de las suyas sin la incomodidad de tener que dar discursos en plazas abarrotadas de pueblo? ¿Cuando se repetirá lo del hijo de Belisario, que desde su condición de homosexual (asumiendo que es un condicionamiento) escribió para El Espectador un articulo emotivo y real para el día de la celebración del orgullo gay y no para pedir votos por nadie, ni para anunciarnos su próxima candidatura al senado?

Espero con ansias el día en que la política deje de ser una oportunidad de ascenso en los escaños sociales, un trampolín a la fama de gente sin gracia, con la única virtud de ser hijos de un presidente y empiece a ser la plaza para la discusión y el debate de ideas.

Propongo que al menos estas publicaciones de lo inane y vil, dejen (inane y vilmente) de creer en los esquemas de poder patriarcales, y tomen fotos de las hijas de los presidentes y expresidentes, no ya en el Palacio, sino en las contaminadas playas de Cartagena, de pronto hasta reinas terminan siendo.

5 comentarios:

Elaxolotl dijo...

"El placer de hacer exacto lo incorrecto, la parodica alegría de imponernos ante el resto".

Leyendo esto y escuchando a mis divos del momento pienso que está bastante ajustado al asunto del trastorno genético, también se el inmenso amor a las reinas que profesa, pero no me sentiría muy feliz con una reina como monarca, entre dos males escoger el peor ... no no no, mala idea.

Anónimo dijo...

Por favor no metan ADN, ARN, proteínas, ácidos nucleicos ni mucho menos afectos mitocondriales en este tipo de desgracia. No se como desligar la herencia del oficio de la relación padre-hijo… es simplemente un efecto de la una carrera laboral conservadora, protegida por relaciones de poder.

Pondré un ejemplo de esto: Los orígenes de la masonería nacieron básicamente por tres elemento (conocimiento del arte, poder asociado al conocimiento, religión)… hoy en día la masonería esta vigente por contar con básicamente dos estrategias (geto + poder). Su táctica es simplemente… generar estabilidad del geto, mantener los apellidos y escoger al no muy brillante para que ocupe el cargo. VOILA!

Irving dijo...

No sé qué pasa, pero no entendí ningún comentario, acaso no entendieron que nada iba muy en serio?. Simplemente cuestiono un aspecto del poder. Masones? mitocondrias? ghetto?. Si, y?. No entiendo como funciona mi mente,y me queda imposible entender los fragmentos de las suyas. Gracias igual por tomarse la molestia de comentar. Pero ya, haciendome el que entiendo, la "estrategia de poder" es un juego, no lo discuto, sólo que hay unos que juegan muy sucio, eso es todo. Tarjetas rojas, faltan tarjetas rojas.

Anónimo dijo...

"The pit and the pendulum"...el blog a dónde irá...

Elaxolotl dijo...

cada vez se vuelven más abstractos los comentarios yo intento uno de esa onda:
Pez vuela pecera desierta,
arena que corre entre las agallas.